En España, la existencia o aparición de cierto tipo de enfermedades o condiciones de salud pueden dar lugar a incapacidades en el desempeño de diversas actividades laborales. En estos casos, el interesado tiene derecho a una pensión de incapacidad permanente.
Sin embargo, el Instituto Nacional de la Seguridad Social no dispone de un listado específico de enfermedades que dan derecho a la prestación por incapacidad permanente. Este hecho depende de varios factores que deben ser examinados por un tribunal médico.
En algunos casos, la Seguridad Social puede negarse a recibir una prestación de este tipo por no considerar que se dan las condiciones necesarias. Sin embargo, la persona interesada puede demandar ante los tribunales.
Según el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, la pensión de incapacidad permanente se define de la siguiente manera: “Es una prestación que se otorga al trabajador si después de realizado el tratamiento prescrito y tras ser dado de alta por un médico, presenta o funcional; finales previsibles, que reduzcan o eliminen su capacidad de trabajo».
Principales enfermedades para acceder a una pensión de incapacidad permanente
El Instituto Nacional de la Seguridad Social establece un protocolo estricto y riguroso para que una persona reciba una pensión de incapacidad permanente. En este sentido, surgen dudas sobre qué enfermedades o condiciones podrían dar acceso a este servicio.
No obstante, el juzgado médico de la Seguridad Social trata cada caso de forma específica, en función de las características de la persona. Además, el grado en que se determina la enfermedad también determina si se otorga la pensión.
En este punto, previamente eludimos que no hay una lista específica. Sin embargo, podemos destacar cinco grupos de enfermedades o condiciones recurrentes que suelen dar lugar a la concesión de una prestación por incapacidad permanente.
1. Enfermedades oncológicas
Por lo general, ciertos tipos de cáncer o tumores dejan secuelas irreversibles en el paciente, que inevitablemente repercuten negativamente en la vida personal y laboral del paciente. Asimismo, el propio proceso oncológico de la quimioterapia también deja secuelas en el organismo.
2. Trastornos psiquiátricos para el acceso a la pensión
Las enfermedades del espectro mental y emocional también pueden dar lugar a la concesión de una pensión de incapacidad permanente. Hablamos de patologías tan graves como el alzhéimer, la depresión mayor, la esquizofrenia, los trastornos de personalidad o el estrés postraumático.
3. Sistemas respiratorio, digestivo y nervioso
Los trastornos respiratorios, digestivos o del sistema nervioso también pueden dar lugar a una pensión de invalidez permanente. Dentro de este grupo destacan enfermedades como el Parkinson, la migraña, el ictus, la demencia, la apnea del sueño, el asma, la enfermedad de Crohn, la obesidad, la insuficiencia renal, la esclerosis múltiple o la pancreatitis.
Sin embargo, que el Instituto Nacional de la Seguridad Social otorgue una pensión de invalidez permanente por alguna de estas enfermedades depende del grado de la misma y de su impacto en la vida del paciente.
4. Corazón, Oídos y Ojos
Las patologías cardíacas también pueden dar lugar a una prestación de este tipo. A estas hay que sumar también las enfermedades asociadas a la pérdida de audición y pérdida de visión. Estos incluyen pérdida de audición, desprendimiento de retina o síndrome de Meniere.
5. Reumatología y Traumatología
Patologías como la lumbalgia, la artritis reumatoide, el cansancio crónico, la fibromialgia o la hernia cervical también pueden hacer que se perciba un beneficio de este tipo. En general, las enfermedades traumatológicas y reumatológicas son proclives a otorgar una pensión de invalidez permanente.